miércoles, 30 de septiembre de 2020

LA CONSTITUCIÓN SÉPTUPLE DEL HOMBRE ENSEÑADA POR MAX HEINDEL




En su libro “El Concepto Rosacruz del Cosmos”, Max Heindel puso la siguiente tabla titulada “La Constitución Séptuple del Hombre en donde él enumera los siete cuerpos que constituyen al ser humano con sus correspondencias con los diferentes planos de existencia:

(Esto se encuentra en el capítulo 3, p.88)



Y una traducción más clara de esa tabla es la siguiente:






Y también Heindel publicó este diagrama en donde él dio más precisiones al respecto:

(Esto se encuentra en el capítulo 1, p.54)





Pero desafortunadamente la constitución septenaria que enseña Max Heindel es incorrecta debido a que él les copió las mentiras que inventaron Leadbeater y Annie Besant quienes después de haber efectuado cinco modificaciones previas, enseñaron la siguiente constitución del hombre:




Y como ustedes lo pueden observar, es la misma estructura que enseña Max Heindel, simplemente él cambió un poco los nombres:

  • El Espíritu lo llamó el espíritu divino
  • El cuerpo intuicional lo llamó el espíritu de vida
  • El cuerpo causal lo llamo el espíritu humano
  • El cuerpo mental lo llamo la mente
  • El cuerpo astral lo llamó el cuerpo de deseos
  • El cuerpo etérico lo llamó el cuerpo vital
  • El cuerpo físico lo llamo el cuerpo denso




Mientras que la verdadera constitución septenaria enseñada por los maestros de sabiduría y sus verdaderos discípulos es la siguiente:





Y aunque a primera vista los cambios parecen ser menores y por lo tanto la gente piensa que no han de afectar en gran medida la enseñanza. En realidad cuando se estudia el esoterismo con mayor profundidad, uno se da cuenta que esos cambios son desastrosos por las razones que detallo en el artículo anterior a este.

Pero además aquí quisiera precisar que la Creación está formada de manera fractal: con una estructura básica septenaria que se refleja en todos los niveles del Universo.



Y es por eso que existe la Ley de Correspondencia que dice: “como es arriba es abajo, como es en lo grande es en lo pequeño”. Y aunque Leadbeater astutamente mantuvo una composición septenaria en su nueva versión, él alteró la estructura interna de la composición original haciendo que su versión ya no corresponda con las demás estructuras septenarias de la Creación.

Por ejemplo, la estructura original de la constitución septenaria del ser humano se reagrupa en tres partes: una triada superior, una triada inferior y un puente entre las dos:





Y esta división se ve también reflejada en los planos de existencia de la Tierra, tal como fueron enseñados por los maestros.





Los cuales a su vez son sólo una copia en pequeño de los planos de existencia más grandes del Universo.





Y la principal razón por la que Leadbeater alteró la estructura septenaria del hombre fue para que esta se adaptara con la estructura de los planos de existencia del sistema solar que él también modificó.




Pero como ustedes mismos lo pueden constatar, con la versión alterada ya no existe la correspondencia septenaria entre las diferentes escalas del Universo, ni con los siete principios del hombre, provocando con ello un completo desbarajuste.



Y por consiguiente las clasificaciones que inventó Leadbeater (y que adoptó Max Heindel) tanto de los cuerpos del hombre como de los planos de existencia en realidad NO sirven para el estudio del verdadero esoterismo, ya que son imitaciones deformes que no corresponden con la auténtica enseñanza aportada por los maestros.










OBSERVACIÓN

Y para colmo, acabo de descubrir que Max Heindel ni siquiera fue quien inventó los nuevos nombres que le puso a los siete principios del hombre, sino que en realidad él se los copió a Rudolf Steiner quien en la conferencia que dio en Múnich el 25 de mayo de 1907, enunció la siguiente lista:

RUDOLF STEINER
MAX HEINDEL

7. el espíritu del hombre
6. el espíritu de vida
5. el espíritu personal
4. el yo
3. el cuerpo astral o emocional
2. el cuerpo etérico o vital
1. el cuerpo físico


7. el espíritu divino
6. el espíritu de vida
5. el espíritu humano
4. el mental
3. el cuerpo de deseos
2. el cuerpo vital
1. el cuerpo denso


Y como ustedes mismos lo pueden constatar, Max Heindel prácticamente le copió los nombres que enunció Rudolf Steiner.





~ * ~


Y este es un ejemplo más de a qué punto la enseñanza de Max Heindel está llena de plagios y desatinos.











LOS CUATRO DIFERENTES TIPOS DE ÉTERES SEGÚN MAX HEINDEL




En su libro “Los Misterios Rosacruces”, Max Heindel hizo un resumen de esos cuatro diferentes tipos de éteres:

« Para el investigador oculto, el éter es de cuatro clases o grados de densidad, como sigue:

·        Éter Químico
·        Éter de Vida
·        Éter de Luz
·        Éter Reflector

1) El éter químico es la avenida de expresión de las fuerzas que promueven la asimilación, desarrollo y mantenimiento de la forma.

2) El éter de vida es el terreno de manifestación de las fuerzas que son activas en la propagación, o sea la construcción de nuevas formas.

3) El éter de luz transmite la poderosa energía del Sol a lo largo de los nervios de los cuerpos vivientes y hace posible el movimiento.

4) El éter reflector recibe una impresión de todo lo que es, vive y se mueve. Ello recuerda cada cambio en forma semejante a la de la película en una máquina de proyección cinematográfica. En este registro o elemento los médiums y los psicómetras pueden leer el pasado basado en el mismo principio en que, bajo las necesarias condiciones, las películas son reproducidas una y otra vez»
(Capítulo 3)





Y en su libro “El Concepto Rosacruz del Cosmos”, Max Heindel dio muchos más detalles sobre esos éteres:

« Para el clarividente ejercitado, el éter es tan tangible como los sólidos, líquidos y gases de la Región Química lo son para el hombre corriente. Aquél ve que las fuerzas vitales que prestan vida a las formas minerales, vegetales, animales y humanas fluyen en ellas por medio de los cuatro estados de materia etérica. Los nombres y funciones específicas de esos cuatro éteres son los siguientes:


El Éter Químico

Este es, a la vez, positivo y negativo en sus manifestaciones. Las fuerzas que producen la asimilación y excreción trabajan por medio de esta clase de éter. La asimilación es el proceso por el cual los diferentes elementos nutritivos del alimento se incorporan al cuerpo de la planta, del animal o del hombre.

Esta operación se produce por intermedio de fuerzas de las que hablaremos más adelante. Trabajan sobre el polo positivo del Éter Químico y atraen los elementos necesarios, modelándolos en formas apropiadas. Estas fuerzas no obran ciega o mecánicamente, sino en forma selectiva (muy conocida de los hombres de ciencia por sus efectos), realizando así su propósito, que es el crecimiento y mantenimiento del cuerpo.

La excreción se efectúa por las fuerzas de la misma índole, pero que obran sobre el polo negativo del Éter Químico. Por medio de este polo expelen del cuerpo los materiales que encierra el alimento y que no servirán para el uso de aquel, o bien se expelen los que ya han prestado toda su utilidad posible y que, por lo tanto, deben expurgarse del sistema.

Estos procesos, como todos los que son independientes de la voluntad, son sabios, selectivos y no mecánicos meramente en su operación, como se puede ver, por ejemplo, en la acción de los riñones, a través de los cuales solo se filtra la orina cuando los órganos gozan de plena salud; pero se sabe que cuando esos órganos no están sanos, la albúmina se escapa junto con la orina, no habiendo entonces selección debido a esa condición de anormalidad.



El Éter de Vida.

Así como el Éter Químico es el conductor o medio de operación de las fuerzas que tienen por objeto el mantenimiento de la forma individual, así también el Éter de Vida es el conductor o agente de operación de las fuerzas que tienen por objeto el mantenimiento de la especie, la fuerza de propagación.

Como el Éter Químico, el Éter de Vida tiene sus polos positivo y negativo. Las fuerzas que trabajan sobre el polo positivo son las que actúan sobre la hembra durante el período de gestación, capacitándola así para el trabajo positivo y activo de crear un nuevo ser. Por otro lado, Las fuerzas que trabajan sobre el polo negativo del Éter de Vida capacitan al macho para producir el semen.

En la operación de la impregnación del óvulo del animal y del hombre o sobre la simiente de la planta, las fuerzas que laboran sobre el polo positivo del Éter de Vida producen plantas, animales y seres machos, mientras que las fuerzas que se expresan sobre el polo negativo generan hembras.



El Éter Luminoso

Este éter es también positivo y negativo, y las fuerzas que obran sobre su polo positivo son las que generan ese calor de la sangre de los animales superiores y del hombre, las que los convierten en fuentes individuales de calor. Las fuerzas que obran sobre el polo negativo del éter luminoso son las que operan a través de los sentidos, manifestándose como funciones pasivas de visión, oído, tacto, olfato, gusto. También son las que construyen y nutren los ojos.

En los animales de sangre fría, el polo positivo del Éter Luminoso es el conductor de las fuerzas que hacen circular la sangre, mientras que las fuerzas negativas tienen la misma función respecto a los ojos, como en el caso de los animales superiores o del hombre. Cuando los ojos no existen, las fuerzas que trabajan sobre el polo negativo del éter luminoso construyen o nutren otros órganos de sensación.

En las plantas, las fuerzas que trabajan sobre el polo positivo del éter luminoso producen la circulación de los jugos vegetales. En invierno, cuando el éter luminoso no está cargado de luz solar como en verano, la savia deja de fluir hasta el estío 2 en que el sol vuelve de nuevo a cargarlo de fuerza. Las fuerzas que trabajan sobre el polo negativo del éter luminoso depositan la clorofila, la sustancia verde de las plantas, y también los colores de las flores.

En una palabra, todos los colores, en cualquier reino de la Naturaleza, se depositan mediante la acción del polo negativo del Éter Luminoso. Por lo tanto, los animales tienen el color más marcado en la espalda y las flores en el lado que mira al sol o a la luz. En las regiones polares de la Tierra donde los rayos del Sol son débiles, todos los colores son débiles también, y en algunos casos están tan superficialmente depositados, que en invierno desaparecen y los animales se ponen blancos, como sucede por ejemplo con el armiño.



El Éter Reflector

Indicamos anteriormente que la imagen mental de una casa generada por la mente del arquitecto puede ser recobrada tomándola de la Memoria de la Naturaleza, aún después de muerto el arquitecto. Todo acontecimiento deja tras sí un recuerdo indeleble en ese Éter Reflector.

Así como los seres gigantescos de la infancia de la tierra dejaron huellas en el carbón petrificado, así como la marcha de un alud de nieve puede señalarse por los trazos que deja sobre las rocas, así también los pensamientos y todos los actos de los hombres dejan un recuerdo indeleble en la Memoria de la Naturaleza y en el Éter Reflector, donde el vidente ejercitado puede leer su historia con una facilidad proporcional a su capacidad y ejercitamiento.

El Éter Reflector tiene este nombre por más de una razón, por que los recuerdos o imágenes que hay en él no son sino reflejos de la Memoria de la Naturaleza. La memoria real de la Naturaleza se encuentra en un reino mucho más elevado. Ningún clarividente desarrollado se pone a contemplar ese éter, porque las imágenes o recuerdos de él son borrosos y vagos comparados con los que se encuentran en el reino superior.

Los que leen en este éter son aquellos que no tienen elección, quienes en realidad no saben lo que están leyendo o viendo. Por regla general, los psicómetras y los médiums obtienen sus informaciones de este éter. En determinado grado, el alumno de las escuelas ocultistas, en sus primeros pasos de desenvolvimiento, observa también este éter reflector, pero su Instructor le advierte siempre la insuficiencia de este éter, como medio de adquirir informaciones directas y ciertas, a fin de que no se aventure a emitir conclusiones erróneas.

Este éter es también el agente por el cual el pensamiento impresiona el cerebro humano. Está íntimamente relacionado con la cuarta subdivisión del Mundo del Pensamiento, que es la más elevada de las cuatro subdivisiones contenidas en la Región del Pensamiento Concreto y la patria de la mente humana. Allí se encuentra una visión mucho más clara de la Memoria de la Naturaleza, que la que existe en el Éter Reflector. »
(Capítulo 1)







OBSERVACIÓN

Pero desafortunadamente todo esto que dijo Max Heindel, él lo está inventando porque en realidad ustedes deben de saber que no existen los éteres por las razones que les explico en este otro capítulo.
(Link)










LA CLARIVIDENCIA ETÉRICA SEGÚN MAX HEINDEL



Sobre este tema, en su libro “Los Misterios Rosacruces”, Max Heindel escribió lo siguiente:

« Como ya hemos dicho, el éter es materia física sensible a las mismas leyes que gobiernan todas las otras substancias físicas sobre este plano de existencia. Por lo tanto, solo se requiere una pequeña extensión más de lo común de vista física para ver el éter (que está dispuesto en cuatro grados de densidad); el halo azulado que se ve en las grandes montañas y en sus desfiladeros, es simplemente éter de la clase llamada por los investigadores ocultistas. éter químico.

Muchas personas que ven este éter no son conscientes de que poseen una facultad que no es común a todos. Otras personas que han desarrollado la vista espiritual, no están dotadas de visión etérica, hecho que parece una anomalía hasta que se comprende la facultad de la clarividencia.

La razón reside en que como el éter es materia física, la vista etérica depende de la sensibilidad del nervio óptico, mientras que la vista espiritual se adquiere por el desenvolvimiento de las fuerzas vibratorias latentes situadas en el cerebro, el cuerpo pituitario y la glándula pineal.

Personas cortas de vista pueden tener visión etérica, y aunque incapaces de leer cualquier impreso, pueden tener la facultad de "ver a través de una pared" debido al hecho de que su nervio óptico responde más rápidamente a las vibraciones sutiles y finas que a las groseras y bastas.

Cuando una persona cualquiera observa un objeto con vista etérica, lo ve a través de tal objeto de manera parecida al modo en que los rayos X penetran en las sustancias opacas. Si una persona dotada con tal facultad mira una máquina de coser, percibirá primero un carrete o estuche externo, después el trabajo dentro, y entre ambos, el carrete más alejado de ella.

Si ha desarrollado el grado de visión espiritual que le abre el Mundo del Deseo y mira al mismo objeto, verá a este dentro y fuera; y si lo mira muy cerca, percibirá todos sus átomos girando sobre sus ejes, sin que haya la menor partícula que quede excluida de su percepción.

Pero si su vista espiritual ha sido desarrollada a tal grado que es capaz de mirar la máquina de coser con la visión característica del Mundo del Pensamiento, verá una cavidad donde antes había visto la forma.

Las cosas vistas con la visión etérica resultan muy parecidas en colorido, pues son casi de una coloración rojo-azulada, púrpura o violeta, con arreglo a la densidad del éter; pero cuando vemos un objeto con vista espiritual, que pertenece al Mundo del Deseo, este cabrillea y resplandece en un millar de colores siempre cambiantes, tan descriptivamente bellos, que solo pueden ser comparados a un fuego viviente, y el autor llama por esa razón a tal grado de visión vista del color.

Sin embargo, cuando la visión espiritual del Mundo del Pensamiento es el medio de percepción, el vidente halla en adición a unos colores más bellos, una emanación de la cavidad que describe un flujo constante de una cierta tonalidad armoniosa.

De modo que este mundo en el que vivimos conscientemente y que percibimos por medio de nuestros sentidos corporales, es esencialmente el mundo de la forma; el Mundo del Deseo es especialmente el mundo del color, y el Mundo del Pensamiento es el reino del tono.

Debido a la distancia relativa o proximidad de estos mundos, una estatua, una forma, desafía los furores del tiempo durante siglos, pero los colores de una pintura se pierden o esfuman en mucho menos tiempo porque vienen desde el Mundo del Deseo, y la música, que tiene su origen en el mundo más alejado de nuestro estado, el Mundo del Pensamiento, es como los fuegos fatuos que nadie puede detener o apresar, pues desaparece tan pronto como se ha oído.

Pero hay en el color y en la música una compensación por su evanescencia gradualmente superior.

La estatua es fría y sin vida como el mineral del cual ella está compuesta, y resulta atractiva solo para unos pocos, aunque su forma sea una realidad tangible.

Las formas sobre una pintura son ilusorias, y sin embargo expresan vida, debido al color, que proviene de una región en la que nada es inerte y sin vida. Por lo tanto, la pintura es el placer estético de muchos.

La música es intangible y efímera, pero proviene del hogar del espíritu, y aunque muy fugaz, es reconocida por el espíritu como una lenguaje del alma, recién salido del reino celestial; un eco del hogar del que estamos desterrados, y, por lo tanto, pulsa una cuerda de nuestro ser, sin que importe nada que nosotros comprendamos o no por qué es así.

Vemos, pues, que hay varios grados de vista espiritual, cada uno adaptado al reino suprafísico que lo abre a nuestra percepción: visión etérica, visión del color y visión del tono»
(Capítulo 3)






OBSERVACIÓN

Desafortunadamente esto que dice Max Heindel sobre la clarividencia etérica está lleno de mentiras que él inventó, porque en realidad los éteres no existen debido a las razones que les explico en este otro capítulo.
(Link)













EL ÉTER EN LA CIENCIA EXPLICADO POR MAX HEINDEL



Sobre este tema, en su libro “Los misterios rosacruces”, Max Heindel escribió lo siguiente:

« Además de los sólidos, líquidos y gases que componen la Región Química del Mundo Físico, hay aún un grado más sutil de materia llamado éter, que interpenetra la combinación atómica de la Tierra y su atmósfera del modo como la ciencia lo enseña.

Los científicos nunca han visto, ni pesado, ni medido, ni analizado esta sustancia, pero ellos infieren que debe de existir, dado que por ese medio puede efectuarse la transmisión de la luz y otros fenómenos distintos.

Si fuera posible para nosotros el poder vivir en un cuarto de donde se hubiera extraído el aire, podríamos vocear todo lo que pudiéramos, hacer sonar la mayor de las campanas o bien podríamos disparar el cañón de mayor calibre al lado de nuestro oído. Y ni aún así oiríamos el menor ruido, porque el aire es el medio de transmisión de las vibraciones del sonido al tímpano del oído, y entonces nos faltaría.

Pero si se encendiese una luz eléctrica percibiríamos inmediatamente sus rayos e iluminaría el cuarto a despecho de la falta de aire.

De ahí que deba haber una sustancia capaz de ponerlo en vibración, entre la luz eléctrica y nuestros ojos. Y este medio los científicos lo han llamado éter, pero es tan sutil que no se ha inventado ningún instrumento por el cual pueda ser medido o analizado, y como consecuencia de esto, los hombres de ciencia están muy poco informados de ello, aunque forzados a postular su existencia.

Nosotros no pretendemos censurar o menospreciar los descubrimientos de los científicos modernos, y tenemos la mayor de las admiraciones por ellos, y confiamos que gracias a sus inquietudes llegaremos a realizar grandes cosas. Pero nosotros percibimos una limitación en el hecho de que todos los descubrimientos del pasado han sido hechos mediante el descubrimiento de instrumentos maravillosos aplicados de la manera más ingeniosa para resolver problemas al parecer insolubles y enigmáticos.

El fuerte de la ciencia descansa principalmente en sus instrumentos, pues el científico puede decir a cualquiera:

-      "Procúrese varios cristales unidos de cierto modo, póngalos en un tubo, dirija tal tubo hacia un cierto punto del espacio donde ahora nada aparece a su ojo desnudo. Entonces usted verá una bellísima estrella llamada Urano."

Y si se observan todas estas directivas, cualquiera puede, rápidamente y sin ninguna clase de preparación, comprobar por sí mismo la verdad del aserto científico. Pero si bien los instrumentos de la ciencia son la torre de su fortaleza, también marcan el final de su campo de investigación, porque es imposible ponerse en contacto con el mundo espiritual con instrumentos físicos, de modo que la investigación de los ocultistas empieza donde el científico físico encuentra su límite, y de este modo habrá que llevarlos adelante por medios espirituales»
(Capítulo 3)







OBSERVACIONES

En los siglos XVII y XVIII, los científicos teorizaron la hipótesis de que existía una substancia invisible en el espacio (a la que ellos llamaron “éter”) que permitía propagar la luz. Sin embargo el resultado negativo que dio el experimento de Michelson-Morley en 1887 les sugirió que el éter no existía, y la teoría de la relatividad publicada en 1905 por Albert Einstein terminó provocando que la comunidad científica desechara la teoría del éter.

Y esto muestra lo poco que investigaba Max Heindel porque para cuando él publicó su libro (1911), lo que escribió ya era obsoleto desde hace seis años. Pero además en su profunda ignorancia, Max Heindel creyó que las investigaciones “clarividentes” efectuadas por Leadbeater sobre el éter eran genuinas, cuando en realidad resultaron ser completamente falsas como lo demuestro en este otro capítulo (ver link).













viernes, 11 de septiembre de 2020

LAS REVELACIONES SOBRE LOS ÉTERES EFECTUADAS POR MAX HEINDEL




Max Heindel relató en sus libros, los resultados de las investigaciones clarividentes que el efectuó sobre los éteres, y las cuales se las transcribí en los siguientes capítulos:






Y las explicaciones que da Max Heindel sobre este tema son muy novedosas ya que no las había leído antes, y por consiguiente en una primera instancia esto podría parecer muy atractivo para los estudiantes de esoterismo.

Pero desafortunadamente todo lo que Max Heindel asegura haber descubierto acerca de los éteres, son puras mentiras debido a que en realidad los éteres no existen, puesto que fueron una falsedad inventada por Charles Leadbeater y Annie Besant, como a continuación se los voy a demostrar:


Verán, en las investigaciones que efectuaron Leadbeater y Besant sobre la estructura atómica de la materia, ellos pretendieron que por medio de su gran clarividencia, pudieron observar cómo se forman y cómo se encuentran constituidos los átomos.

Y Leadbeater y Besant aseguraron haber percibido cuatro estados pre-constitutivos de la materia visible a los cuales denominaron “etéricos” y los cuales enunciaron en su libro “Química Oculta” (1909).

Pero para infortunio de Leadbeater y Besant, su clarividencia resultó ser pésima, ya que todas las afirmaciones que estos dos individuos hicieron han sido demolidas por los descubrimientos de la ciencia o por las enseñanzas de los maestros (ver link).

Y sus estudios clarividentes sobre la materia no han sido la excepción, debido a que su libro “Química Oculta” ha sido muy duramente criticado por los científicos. Por ejemplo el Departamento de Química de la Universidad de Yale lo ha destrozado asegurando que todo lo que Leadbeater y Besant dijeron acerca de los átomos resultó ser tremendamente erróneo (ver link).

E incluso ellos han señalado que Leadbeater y Besant publicaron datos falsos, aún a sabiendas de que esos datos eran incorrectos, demostrando con ello la charlatanería intencional de esos dos individuos.



Y los esoteristas también son muy críticos con Leadbeater y Besant, y así por ejemplo el investigador Geoffrey Farthing escribió un libro explicando las razones por las que los éteres descubiertos por Leadbeater y Besant en realidad no existen, y a continuación les hago un resumen de sus argumentos:

« 1) Para poder incorporar sus cuatro “estados etéricos” dentro de la estructura septenaria de la materia física, Leadbeater y Annie Besant tuvieron que eliminar el cuarto estado de la materia que es la incandescencia. Lo cual es absurdo debido a que el elemento fuego se encuentra en todas las tradiciones esotéricas y también en la ciencia.


2) Además la clasificación que ellos enseñan es muy diferente de la clasificación que enseña la teosofía y la antigua tradición hindue, y para desmostrárselos a continuación les pongo los siete estados de la materia física enseñados por Leadbeater y Annie Besant, y que posteriormente otros individuos también copiaron:



Y los siete estados de la materia física enseñados por la genuina teosofía y la antigua tradición hindú:

ESTADOS
DE LA MATERIA
ELEMENTO AL QUE SE LE ASOCIA
TATTVAS 
(EN SANSKITO )
aún desconocido
en occidente
materia primordial
o suprema (aether)
adi
aún desconocido
en occidente
materia “sin padres” auto-existente
anupadaka o
aupapaduka
etéreo
ether
akasha o alaya
incandescente
fuego
taijasa o tejas
gaseoso
aire
vayu
liquido
agua
apas
sólido
tierra
prithivi

Y como lo pueden constatar hay notables diferencias porque en la teosofía original y en la tradición hindu, el cuerpo vital pertenece a otro plano de existencia, y de los cuatro estados superiores de la materia física, solo uno es etéreo.



3) Además que Leadbeater y Annie Besant afirmaron que estos éteres se encuentran en una fase formativa de lo que ellos denominaron “el átomo físico primordial” o “anu”. El anu fue un concepto de átomo fundamental inventado 31 años antes por Edwin Babbitt.



Y Leadbeater y Annie Besant, pretendieron haber percibido al anu por medio de su clarividencia, e incluso haber descubierto que en realidad existen dos tipos de anu: el femenino y el masculino.


Pero el anu resultó ser un concepto falso debido a que no existe un “átomo indestructible”, como se creía a principios del siglo XX, sino que la ciencia ha descubierto que los átomos se componen de partículas más pequeñas, y estas partículas a su vez se componen de sub-partículas más pequeñas, etc.



4) Sin embargo lo que más derrumba la existencia de los éteres es que Leadbeater y Annie Besant aseguraron que el cambio de un estado etérico a otro requiere también de un cambio de la estructura atómica, mientras que la ciencia poco tiempo después descubrió que eso no ocurre al cambiar de un estado de la materia a otro (por ejemplo de sólido a líquido, o de liquido a gaseoso, etc).

Y por lo tanto, lo propuesto por Leadbeater y Annie Besant contraviene totalmente a la ley natural de cambios de los estados de la materia, y es por consiguiente inconsistente con lo que dictan las leyes de la física.



Conclusión: los estados etéricos descritos por Leadbeater y Annie Besant son una deducción errónea por parte de esos dos individuos que no ha sido corroborada por nadie más. Sino que por el contrario ha sido derrumbada por las enseñanzas aportadas por los maestros, por los conocimientos de las antiguas tradiciones esotéricas, y por los descubrimientos que ha efectuado la ciencia»
(Extractos del estudio “¿El doble etérico? Efectos trascedentes de un supuesto falso”.)



Y de hecho, el libro “Química Oculta” está tan lleno de errores, que la propia editorial de Adyar dejó de publicarlo a mediados del siglo pasado para así tratar de encubrir el charlatanismo de sus autores.







CONSECUENCIAS

Y todo esto me demuestra que Max Heindel fue un hombre muy embustero, porque puedo todavía comprender que él haya aceptado la existencia de los cuatro estados etéreos, ya que muchos otros instructores también cometieron ese mismo error, como por ejemplo: Alice Bailey, Rudolf Steiner, Mikhael Aivanhov, Samael Aun Weor, etc.

Pero en cambio lo que ya no tiene ningún perdón, es que él se haya puesto a inventar todo ese rollo de sus dizque investigaciones clarividentes, detallando cómo funcionan esos supuestos cuatro estados etéreos. Porque eso si ya exhibe una profunda charlatanería por parte de Max Heindel.